Inmejorable. Hace muchos años que veraneo en Galicia y hacía tiempo que no comíamos tan bien.
La atención de 10, de principio a fin (reserva por el chat de Google y guiado perfecto en la toma de nota de la comida).
La comida estaba espléndida, 100% casera, sin grasa y mucho sabor.
Tiene un encanto especial de esos sitios que cuidan el restaurante / casa de comidas con cariño.
Como punto adicional, las monedas que dejes en la pared las donan contra el cancer.
Lo dicho. Un sitio de 10
Pedimos la tabla de patatas, el raxo de la abuela, chipirones fritos y tarta de queso. Todo estaba buenísimo y muy bien de precio (27€ todo). Comimos en terraza sin reserva.
Alejandro García Martín
+4
Buen sitio para comer, con menú variado aunque diría que un poco escueto en cuanto a opciones a elegir. La cantidad es bastante grande la que sirven por lo que entre plato grande y pequeño cuidado. Como punto negativo y que mejoraría pondría la presentación de la carta ya que la hacen en un folio impreso y es un tanto confusa en cuanto a precios, por lo demás todo genial, el trato del personal es magnifico.
Todo bien para tomar unas raciones, el precio es muy económico, las raciones son abundantes y se puede pedir media ración, a destacar la tabla de patatas y la tarta de queso con base de galleta. Lo único no me gusto el detalle de que nos pusieran el pan sin preguntar, ni lo tocamos y lo cobraran.
Un lugar muy acogedor. La comida muy buena. El servicio rápido. Muy agradables; te hacen sentir como en casa. Muy recomendable. Fácil aparcamiento y una relación calidad precio espectacular.
Fuimos a cenar con los niños después de pasar la tarde en la playa.
Nos atendieron muy rápido y muy bien.
Pedimos tabla de patatas con salsas y croquetas. Tardó muy poco y estaba muy bueno. Las croquetas nos gustaron especialmente.
La verdad es que es un plan estupendo de ir a la playa y comer/cenar allí.
El único pero que le puedo poner es que está pegado a la carretera, porque lo demás está estupendo.
Excelente relación calidad-precio. Cocina casera, trato familiar. Venimos cada año y nunca decepciona. El local es pequeño por lo que conviene reservar. Fuera hay unas pocas mesas que dan a una placita pequeña. Camareros amabilísimos. A destacar el raxo en todas sus variedades (cabrales, con pimientos del piquillo, de la abuela con cebolla...), la tabla de patatas con salsas y sus postres caseros
Comida riquísima con una atención de lujo, repetiré seguro
Una carta pequeña, pero que vale la pena.
Todo rico y raciones grandes, camarera amable. Fuimos sin conocerlo, sólo por las recomendaciones de Google y nos fuimos satisfechos.
Y muy bien de precio.
Un rato agradable en una terraza deliciosa, como la propia comida. Menú sencillo, sabroso y abundante. Ideal para llevar a los peques (hay un parque infantil pegado y a la vista).
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