Para comer algo rápido en la terraza no está mal pero el descontento en los camareros era notable, el servicio de atención a mesas llego tarde y aunque la comida no estaba mala es una pena tener que esperar tanto y no poder cenar tranquilo porque el personal está insatisfecho. La comida no fue cara y las raciones generosas pero prepárate para la espera.
Fuimos a tomar algo por la noche, habíamos comido mucho y eso fue todo lo que pedimos.
Lo que nos pusieron estuvo muy bueno. Disfrutamos en cuenca comiendo jamón y queso :)
El menú de 12 euros muy bueno, éramos 6 personas y pedimos distintos platos. Entre los primeros platos 10 puntos para el mojete, las ensaladas y el gazpacho bien. Entre los segundos platos un 10 para el lomo y chorizo de orza y notable el magro de cerdo con patatas. Los postres caseros perfectos y algo muy importante saben hacer bien el café. Un saludo a la camarera Andrea.
Buen restaurante en pleno centro histórico de esta preciosa ciudad de Cuenca.
Y de fondo musical a uno de los grandes de esta tierra, José Luis Perales.
Estábamos perdidos por Cuenca con ganas de llenar el estómago y sentarnos en un lugar fresco después de un día de calor y cuestas cuando encontramos una linda terraza con vistas al parador. Corría una ligera brisa y había una coqueta terraza con alguna mesa libre. Optamos por sentarnos y elegimos pisto manchego, huevos rotos y queso manchego. Todo riquísimo y tanta cantidad que nos costó dormir aquella noche. Tanto nos gustó que repetimos la noche siguiente. A parte de todo esto los camareros son agradables con alguna excepción y el restaurante es pequeño y sencillo sin nada especial.
Menos mal que no vimos las críticas antes de entrar, porque nos habríamos perdido una comida muy buena. Pedimos el menú degustación por 18€/persona y estaba genial. Las cantidades son más que generosas, cuatro entrantes a compartir (con eso ya casi comes) y un segundo por persona a elegir. Pedimos de segundo caldereta de cordero y secreto ibérico, estaban muy buenos los dos y el secreto estaba en su punto, para nada muy hecho. Ambos llevaban patatas jugosas para acompañar. La bebida y los postres también están incluidos. Para ponerse las botas con buena comida en una terraza con vistas preciosas! Respecto al servicio del camarero "calvo" como dicen por ahí, no coincido en absoluto, muy simpático y hace muy bien su trabajo.
Restaurante que visitamos en verano y en el que decidimos quedarnos solo por la terraza que está en un mirador con inmejorables vistas. Comida de todo tipo y para todo tipo de bolsillos.nos gustó tanto que repetimos la noche siguiente. Cantidad de la comida muy adecuada, precios ajustados y aunq la atención podría mejorarse cuando uno va de vacaciones debería relajarse un poco más y tomarse las cosas con paciencia. Recomendable el pisto manchego, huevos rotos y ajo arriero. Si volvemos a Cuenca volveremos a San Pedro
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