Es un sitio espectacular, los platos son de estrella y el servicio ideal, los camareros están pendientes de ti todo el rato para que no te falte de nada. Lo único que puedo decir es que la carta es muy escasa y debería de haber un poco más de variedad además de que las mesas altas son incómodas para comer. Al terminar de comer nos enseñaron la capilla y nos estuvieron explicando un poco, es súper bonito!
El gastrobar está muy bonito, mucha luz, mucho espacio, todo muy ordenado y limpio, con todas las medidas de seguridad anti-covid. Fuimos muy bien atendidos por Gerardo. La cerveza y el vino blanco servidos muy fresquitos y los platos bien elaborados, presentados y muy ricos. Yo no lo llamaría experiencia gastronómica pero sí que es un lugar diferente y que merece la pena visitar.
Una enorme sorpresa!
La enorme capilla de un convento del siglo XVI, reconvertida, primorosamente, en un gastro bar conceptual, prodigioso, que te hace vivir una experiencia única.
Es un proyecto que está arrancado y que sin duda, tiene mucho futuro.
Gracias a María, que nos a atendido de maravilla, con esa esencia de ofrecer la máxima calidad y calidez para el cliente.
La comida, aunque tenga una carta corta, exquisita.
Personal super atentos en todo profesionalidad un 10
Lugar maravilloso es una iglesia pequeñito pero suficiente bonito
Comida muy rica las ostras y la carne pero cualquier plato una pinta excelente
Vino blanco 2 claves por dios probarlo
Volveré... Lo merece!
Cocinan muy rico... Recomendadisimo
Llegas a ese pueblo y buscas un sitio para comer y te encuentras con la mayor sorpresa de Brihuega. Fantástico lugar para una aventura gastronómica inolvidable. Excelente cocina, precios justos, atención de primera. Qué más se puede pedir? Volveré, sin duda.
Un sitio espectacular con la comida riquísima, el risotto recomendadisimo y sobre todo la Atencion, la camarera maría es encantadora
Sitio para repetir
Maravilloso. Los hermanos que están atendiendo son adorables. La comida espectacular y el entorno muy original.
Estuvimos comiendo el sábado 10 Julio y fue todo un acierto. No conocíamos el lugar y su historia es encantadora. Decoración muy buena, el servicio en sala inmejorable, trato muy bueno. La carta es algo limitada, pero sus platos son de alta gama. Comimos ceviche, y timbal de lubina y no pudimos salir más contentos. El personal de sala muy atento en especial María, nos sugirió varios platos y acertó. Volveremos seguro.
Un placer en todos los sentidos.
Compartir una excelente comida con amigos en un edificio restaurado primorosamente aunque con la sobriedad que da el respeto absoluto a la arquitectura y función primigenia, es mucho más que comer...
La experiencia es total, la iluminación y música suaves que te envuelven al entrar a este estupendo gastrobar preparan vista y oído para lo que intuyes será también un deleite para el gusto, y así se confirma en los excelentes platos de la carta, justa, pero maravillosamente elaborada, delicada, equilibrada y sabrosa, tanto los entrantes como los platos de pescado o carne (especial mención al bacalao y al pato).
El trato y la amabilidad del personal es exquisito: amables, atentos y prestando la atención justa.
Totalmente recomendable para cualquiera que desée algo más que comer.
Ambiente y trato muy agradable, servicio de reservas correcto, trabajadores profesionales y muy educados.
La comida es en un billete que te lleva a un viaje de sensaciones gastronómicas que llegan a todos los sentidos.Los platos están elaborados con gusto y buenos productos.
Ha sido el toque final de una espléndida mañana de domingo en Brihuega. La comida es excelente, preciosa presentación, magnífico servicio. Ubicado en un antiguo convento, lo han rehabilitado con total acierto, para hacer de este gastro bar un sitio imprescindible si se visita este maravilloso pueblo. Gracias a Catrin y a Gerardo por su atención y amabilidad. Recomendamos las ostras y el champagne como un anticipo perfecto de una maravillosa comida.
Javier Rodriguez del V
+4
Luego de visitar los campos de lavanda y conocer el encantador pueblo de Brihuega, comer en La Capilla, es cerrar con broche de oro la visita a este hermoso lugar, a poco más de una hora de Madrid. La atención del personal desde la reserva fue muy cálida. El sitio, con una decoración minimalista y varios ambientes, donde no falta nada, te permite disfrutar de una buena comida con un menú bien pensado.
Refinada propuesta gastronómica,para culminar un día encantador en Brihuega.
La arquitectura y el diseño del local es insuperable.Servicio atento,con ganas de agradar y atender.
Y una cocina ecléctica ,con buen producto y cuidada elaboración.
Para volver.
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